Las hojas de las gimnospermas
Las hojas de las
coníferas son aciculares. En la imagen, hojas de
Picea.
Hay una forma foliar típica de gimnospermas, la
hoja acicular, presente en
Abies, Larix y
Picea.
Cada hoja acicular tiene dos partes, la lámina que es una aguja verde,
recorrida por una sola vena y terminada en una punta aguda, y la base
concrescente con el eje al que envuelven constituyendo el denominado
cojinete foliar. Sobre cada una de las caras de la lámina hay dos líneas
longitudinales que indican la ubicación de los
estomas. En
Sequoia las hojas presentan un ligero aplastamiento dorsiventral. El género
Pinus
tiene un follaje particular, pues presenta dos clases de hojas: las
ramas largas presentan solamente hojas reducidas, aplicadas contra el
tallo. En la axila de estas escamas se insertan ramas cortas, que llevan
en su base algunas escamas y terminan en 1-5 hojas aciculares.
En las familias de las
taxodiáceas,
cupresáceas y
podocarpáceas las hojas presentan forma de escama y tienen un solo nervio, mientras en algunas especies pertenecientes a la familia de las
araucariáceas las hojas son anchamente ovadas y con varias venas. En las
ginkgoáceas la hoja tiene forma de abanico, con el limbo expandido y venación dicotómica abierta. En el género
Cycas las hojas son pinnaticompuestas. En los
cipreses y en
Thuja las hojas son reducidas y concrescentes, parcialmente soldadas al tallo. Finalmente, en
Gnetum las hojas son similares a las de las dicotiledóneas.
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