martes, 14 de agosto de 2018

QUE ES LA SOYA

La soya es una importante semilla perteneciente a la familia de las oleaginosas, con un promedio total de aceite que va del 18-23%.
El aceite de soya es uno de los más importantes aceites vegetales, es menos caro que el aceite de maíz y girasol; se caracteriza por su alto contenido de ácido linoléico y su bajo

 contenido de ácidos grasos saturados. Todas estas características hacen del aceite de soya más deseable nutricionalmente en comparación de otros aceites vegetale

Hoy en día el aceite de soya es el principal aceite utilizados en mayonesas y aderezos para ensaladas y otros alimentos procesados, por ello; en éste trabajo de investigación se trata de promover el consumo de soya y sus derivados, así como también promover su uso en la industria alimentaria.

Hablar de la soya, es un tema de conflicto tanto en la dieta los vegetarianos y los no  vegetarianos.
En éste trabajo queremos dar a conocer información relevante acerca de la soya, que de seguro le servirá de mucho, para su uso razonable como alimento de consumo.

v  En el primer capítulo: Hablaremos sobre el origen de la soya, su descubrimiento en la cultura china, su desarrollo en Asia, Europa y américa.
Hablaremos también sobre su clasificación taxonómica, descripción botánica y las variedades de soya que existen en el mundo.

v  En el segundo capítulo: Presentamos el contenido nutricional de la soya, a nivel general, y su contenido por cada 100 gramos; así también mostraremos algunos experimentos realizados con la soya tanto en animales y también experimentos clínicos en personas.

v  En el tercer capítulo: Hablaremos sobre las bondades de la soya, los beneficios que trae a la salud; así como también conoceremos los derivados de la soya y su preparación para el consumo humano.

v  En el cuarto capítulo: Trataremos sobre la soya transgénica, las empresas que la comercializan, también hablaremos sobre una de las empresas que produce soja transgénica, Monsanto y la Soja RR.

v  En el quinto capítulo: Hablaremos sobre los países que cultivan soya en el mundo, Brasil, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, así como también la producción de soya en el Perú.

v  En el sexto capítulo: Hablaremos de la mezcla de marketing con relación a la soja. Conoceremos los productos que se comercializan en el mercado, el precio de comercialización; así como también la cadena de distribución la forma en que se promociona la soya en el mercado.
ORIGEN Y TAXONOMÍA DE LA SOYA


1.1 Historia de la Soya.

Según la tradición China, fue descubierta por el emperador Sheng-Nung, en el siglo XVIII A.C. Éste no sólo disponía de grandes campos de cultivo sembrados con la leguminosa, sino que se dedicaba activamente a estudiar y describir sus propiedades alimenticias y medicinales, las cuales plasmó en el libro Materia Médica, del que se le considera autor.

La soja para los emperadores chinos era una de las cinco semillas sagradas, junto con el arroz, el trigo, la cebada y el mijo. Reconocían en la soja no sólo sus propiedades nutritivas, sino también sus propiedades para prevenir enfermedades.


1.1.1.- La Soya en el Oriente.

Según la tradición fueron los monjes budistas quienes la introdujeron en el Japón en el siglo VII D.C., donde muy pronto se convirtió en un cultivo popular. El comercio marino la popularizó en Oriente llevándola como un precioso cargamento entre sus mercaderías en sus viajes.

1.1.2.- La Soya en Occidente.

Ya en el siglo XVII D.C., son entonces los misioneros los que introducen las primeras habas de soja para su cultivo en Europa. Posteriormente también los marinos holandeses y portugueses la trajeron como novedad.

A principios del siglo XIX se empezó a cultivar en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa y en Norteamérica, la soja no se empleó en la alimentación humana hasta bien entrado el siglo XX. La primera cosecha comercial de soja se plantó en 1929 para suministrar semillas para hacer salsa de soja. Desde esos inicios tempranos e insignificantes, la importancia de la soja ha sido bastante espectacular. En la actualidad la soja es una fuente esencial y dominante de proteínas y aceites con una multitud de usos tanto en alimentos para personas como en piensos animales. También existen numerosas aplicaciones industriales para los diferentes componentes de esta importante y versátil semilla.

Actualmente se cultiva en gran cantidad en toda Asia, EE.UU. y Oeste de África. En Europa, se cultiva por vía de ensayo, con éxito. E.E.U.U. produce la mitad de toda la producción mundial, pero a pesar de ello, el consumo de soja es todavía muy bajo en los países de Occidente. En las últimas décadas los investigadores están descubriendo cada vez mayor número de propiedades curativas en este alimento. Esto ha hecho que ahora empiece a ser más apreciada por la población occidental, aunque con tres mil años de retraso respecto a la población oriental.

1.2.- Cultivo de la Soja.

La soya al igual que las habas, se forman dentro de las vainas o legumbres, que es el fruto típico de esta familia de plantas.
Se trata de una planta anual que se cultiva durante la estación cálida. La semilla de soja se recolecta cuando la vaina amarillea.
Cada vaina puede contener entre una y cuatro habas de pequeño tamaño y diferentes colores según variedades: amarillas, marrones, verdes, negras o moteadas. La más frecuente es amarilla y también la más apreciada, ya que es la que normalmente se utiliza para obtener de ella el aceite.

Tanto su adaptación a climas diversos como las pocas enfermedades que le ataca; la convierten en un cultivo muy rentable, aunque su mayor enemigo es la sequía.
El factor principal en su desarrollo en los países orientales fue la escasez de proteínas de alta calidad para la alimentación. Para sus pobladores, la soja ha sido siempre un vegetal sagrado, literalmente un regalo de los dioses, que, al igual que los mejicanos con el maíz, aprendieron a preparar de muchas formas distintas.

1.2.1.- Exigencias en clima.

Las temperaturas óptimas para el desarrollo de la soja están comprendidas entre los 20 y 30º C, siendo las temperaturas próximas a 30º C las ideales para su desarrollo. El crecimiento vegetativo de la soja es pequeño o casi nulo en presencia de temperaturas próximas o inferiores a 10º C, quedando frenado por debajo de los 4º C. Sin embargo, es capaz de resistir heladas de -2 a -4º C sin morir. Temperaturas superiores a los 40º C provocan un efecto no deseado sobre la velocidad de crecimiento, causando daños en la floración y disminuyendo la capacidad de retención de legumbres.
Las temperaturas óptimas oscilan entre los 15 y los 18º C para la siembra y los 25º C para la floración. Sin embargo, la floración de la soja puede comenzar con temperaturas próximas a los 13º C. Las diferencias de fechas de floración, entre años, que puede presentar una variedad, sembrada en la misma época, son debidas a variaciones de temperatura.

La soja es una planta sensible a la duración del día, es una planta de día corto. Es decir, que para la floración de una variedad determinada, se hacen indispensables unas determinadas horas de luz, mientras que para otra, no.
Respecto a la humedad, durante su cultivo, la soja necesita al menos 300 mm de agua, que pueden ser en forma de riego cuando se trata de regadío, o bien en forma de lluvia en aquellas zonas templadas húmedas donde las precipitaciones son suficientes.

1.2.2.- Exigencias en suelo.

La soja no es muy exigente en suelos muy ricos en nutrientes, por lo que a menudo es un cultivo que se emplea como alternativa para aquellos terrenos poco fertilizados que no son aptos para otros cultivos.
Se desarrolla en suelos neutros o ligeramente ácidos. Con un pH de 6 hasta la neutralidad se consiguen buenos rendimientos. Es especialmente sensible a los encharcamientos del terreno, por lo que en los de textura arcillosa con tendencia a encharcarse no es recomendable su cultivo. Si el terreno es llano, debe estar bien nivelado, para que el agua no se estanque en los rodales. Sin embargo, es una planta que requiere mucha agua, por lo que en los terrenos arenosos deberá regarse con frecuencia. La soja es algo resistente a la salinidad.

1.2.3.- Siembra.

Generalmente se efectúa en llamo, con máquinas sembradoras de leguminosas, de trigo, de maíz, de remolacha o de algodón, regulándolas convenientemente. También puede realizarse en lomos, con máquinas preparadas para dejar el terreno alomado en la siembre, siempre que no quede la semilla muy profunda. Es importante que el terreno esté bien nivelado para obtener una siembra uniforme.

La época de siembra dependerá de la variedad a cultivar, realizándose generalmente entre los meses de abril y mayo. Basándose en los resultados obtenidos en diferentes ensayos pueden darse las siguientes recomendaciones en cuanto a variedades y fechas de siembra en las zonas españolas:

La profundidad de siembra varía con la consistencia del terreno. Debe sembrase a una profundidad óptima de 2 a 4 cm, aunque en terrenos muy sueltos, donde exista el peligro de una desecación del germen antes del nacimiento, puede llegarse a los 7 cm.

La densidad de siembra, realizada con sembradora y en líneas separadas 50-60 cm, debe oscilar entre las 45-50 plantas por metro cuadrado (450.000-500.000 plantas/ha). Una mayor densidad facilitará el encamado de las plantas. Normalmente se emplea entre 140 y 160 kg de simiente por hectárea.

La densidad variará según el tipo de suelo, la variedad a emplear, si el cultivo es en secano o en regadío, etc. En suelos poco fértiles o en suelos ligeros se pondrá una dosis menor que en suelos ricos o de textura fuerte. Cuando la variedad sea de ciclo largo, se reducirá más la dosis que cuando se trate de una variedad temprana que alcanzará menos desarrollo.

El abono debe ser puesto al lado y por debajo de la semilla, pues el contacto directo perjudica la absorción de agua por la misma, pudiendo provocar la muerte de las plántulas durante su desarrollo inicial.


1.2.4.- Abonado.

Las cantidades de fertilizantes a emplear en un cultivo de soja dependen del tipo de suelo y de cómo se abonó el cultivo precedente. Como orientación puede emplearse como abonado de fondo la siguiente fórmula:

ü  Fósforo (P2O5): 100 a 125 UF por hectárea, equivalentes a 500-700 kg/ha de superfosfato.
ü  Potasio (K2O): 125-150 UF por hectárea, equivalentes a 300 kg/ha de cloruro o sulfato potásico.
ü  Nitrógeno (N): 50 UF por hectárea, equivalentes a 250 kg/ha de sulfato amónico.

Normalmente no se abonan con nitrógeno los cultivos de soja, siempre que se inocule la semilla con las bacterias nitro-fijadoras. Sin embargo, las bacterias no pueden aportar el nitrógeno suficiente para lograr altas producciones por lo que suele añadirse algo de nitrógeno de fondo o en cobertera si el cultivo lo necesita.
Aunque la soja es más tolerante a la acidez que otras leguminosas, es conveniente realizar un encalado en los suelos pobres en cal, ya que se aumentará el rendimiento en grano y las bacterias se desarrollarán mejor.
La extracción de elementos fertilizantes de una cosecha de soja de unos 3000 kg/ha de grano, pueden cifrarse en unos 300 kg/ha de N., 60-80 kg/ha de P2O5 y 100-120 kg/ha de K2O.

1.2.5.- Riego.

La soja es bastante resistente a la sequía. Necesita humedad pero sin encharcamientos, ya que estos asfixian las raíces de la planta. Por esta razón los riegos no deben ser copiosos y se deberá mantener una ligera humedad en el terreno para la mejor vegetación de la soja.
El número de riegos varía con las condiciones de clima y suelo. Donde la insolación sea mayor y la evaporación más rápida, se precisará más agua. Las necesidades máximas tienen lugar durante las siguientes etapas del cultivo:

ü  Desde la germinación hasta la emergencia de las plántulas. La semilla de la soja necesita absorber un mínimo del 50% de su peso en agua para garantizar una buena germinación. En esta fase el contenido de agua en el suelo debe estar entre el 50 y 80% del total de agua disponible.

ü  Desde la floración hasta el llenado de los granos. La necesidad de agua de un cultivo de soja aumenta con el desarrollo de la planta, llegando al máximo (7 a 8 mm/día) durante el período comprendido entre la floración y el llenado de granos. Déficits hídricos durante esta fase provocan alteraciones fisiológicas en la planta (cierre estomático, torcimiento de hojas, muerte prematura, aborto de flores y caída de legumbres).

Para la obtención de producciones máximas, la necesidad de agua en el cultivo durante todo su ciclo varía entre 450 y 800 mm (4.500-8.000 m3/ha), dependiendo de las condiciones climáticas, del manejo del cultivo y de la duración del ciclo. Normalmente se dan de cinco a diez riegos durante el ciclo vegetativo de la planta.

1.2.6.- Plagas.

v  Pulgón (Aphis sp.).

Suele aparecer hacia el fin de la primavera, causando daños en las hojas y brotes. Es fácil de combatir con insecticidas sistémicos, como el dimetoato.

v  Arañuela o araña roja (Tetranychus bimaculatus).

Ataca durante todo el verano, dando a las plantas un color característico y pudiendo llegar a defoliar toda la plantación si no se combate a tiempo. Los tratamientos repetidos con tetradifCn + dicofol, son eficaces.

v  Gardama (Laphygma exigua).

Las orugas de este lepidóptero suelen atacar en junio y julio, produciendo daños importantes en hojas. Se combate con productos a base de dipterex.

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